Es increíble como se ha incrementado el número de pedigüeños dentro de los vagones del metro, no sé si esto está aunado al aumento exorbitante de la inflación, jejejeje.
Pero ahora tenemos a nuevos personajes a los cuales me gusta llamarles METROVENEZUELAN IDOL, que entre versos donde relatan o delatan la situación actual, logran sacar sonrisas a más de un usuario metro, y terminas dándole dinero.
Ahora los que son molestos, los buhoneros como siempre ofreciéndonos chocolates o lápices, con la oferta del año, mucho “más barato” que en kioskos, abastos o tiendas. Y los que más sacan la piedra, los pedigüeños sacándose las rajas que tienen de robos u operaciones ó explotan a sus hijos para obtener un poco de monedas. Sin embargo, lo que me animó escribir al respecto, fue ver hace unos días a una señora con cara de “sientan lástima por mi” pidiendo dinero, en ese momento pensé: “Yo también tendré que hacer esto porque estoy pelando”. Y me di cuenta que tanto ella como yo, y casi todos los venezolanos damos lástima hoy en día, presos de unas manos que cada vez abarcan más nuestros cuellos y nos llevan con cara de tristeza por las calles. Donde ya no se puede hablar ni escuchar, ya que ni radios tenemos.
Me pregunto cuánto más tendremos que esperar para abrir los ojos? Cuando la frase común entre nosotros los jóvenes es: “Amo mi país, mi familia, pero aquí no hay futuro, hay que irse”. Que la deserción de la población joven ha aumentado, que todos los días se nos arrebata la libertad de las manos y aún sigue un troglodita, dogmático y retrogrado dirigiendo nuestra nación. Cuánto más tendremos que esperar o aguantar?
Este es el nuevo día a día del venezolano, caminar entre buhoneros y miseria tanto dentro como fuera del metro pero no nos detenemos a pensar: oye ¿qué está pasando Dios mío Mesmo? Porque simplemente somos lo que voy a usar como título para mi próximo post: un animal de costumbres.
P.D.: Chequeen este video.
