domingo, 20 de enero de 2008

Ciudadano de mundo, utopía en Venezuela


En este último año, gracias al metro de Los Teques, me he tenido que integrar a la cultura metro, aprendí que dejar salir es entrar más rápido, que no pase la raya amarilla hasta que el tren se detenga por mi propia seguridad, y que para agilizar la circulación hay que colocarse a la derecha. Sin embargo, creo que en general el usuario metro sufre de un lapsus sordus, (jajaja) cuando entra en el, porque hacen caso omiso de estás frases que se las repiten a cada minuto…

Luego cuando sales del metro de Los Teques, ves la avenida convertida en un completo caos y tanto peatones como conductores convertidos en maracuchos, porque los coños pasan en rojo, aceleran en amarillo y se paran en verde, mientras que los peatones se les ocurre cruzar cuando el semáforo esta en verde. Para rematar, se me ocurre reclamarle un día a un fiscal, porque vio a un autobús haciendo un cruce prohibido, y me responde que eso lo permitió para agilizar la circulación. ¿Pueden creerlo? Ni el mismo fiscal respetó las reglas ni su autoridad.

Después de todos estos sucesos, yo me pregunte, ¿será que el venezolano necesita ser ciudadano de mundo para respetar las reglas? Claro lo hice porque para mí un ciudadano de mundo es una persona que ha viajado, visto diferentes culturas y desarrolla un respeto a éstas y a las normas, así como aumenta el práctico amor al dinero, ya que en otros países, romper las reglas tiene como castigo un pago (o sea, que les duele el bolsillo). Pero no me conforme con mi concepto de ciudadano de mundo, así que me puse a investigar que era en verdad uno, y me encontré que para algunas personas pensaban lo mismo que yo, pero luego me percate de que esas personas y yo teníamos un error conceptual fatídico, así que decidí salir un poco más a flote en mi mar de ignorancia.

­Resulta y acontece que un ciudadano de mundo afirma su independencia como ciudadanos de la Tierra, renuncia a su nacionalidad, se declara sin frontera; y hasta se podría ver como una ideología política y global, ya que tienen como objetivos:

  • Libertad de cualquier tipo de prejuicio nacional, étnico, sexual o religioso.
  • La igualdad de sexo.
  • Globalización democrática.
  • Globalización económica
  • Eliminación de la pobreza.
  • Lenguas auxiliares.
  • Sistema universal de pesos y medidas.
  • Divisa universal.
  • Educación universal.
  • Atención sanitaria universal
  • Derrocar la hegemonía norteamericana como máxima autoridad.
  • Justicia social, entre otros
    Finalmente al nadar más hacia la superficie de mi mar, me di cuenta que desarrollar una ideología de tal tipo en Venezuela, se podría considerar como una utopía, cosa que me entristeció ya que recordé un e-mail que estaba rodando sobre los venezolanos, donde decía que tenemos a semejante presidente precisamente por como somos. Así que concluí que hay que empezar a generar cambios de pensamientos y valores individuales para empezar a desarrollar un pensamiento masivo como tal.

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